Las Ley de Propiedad Intelectual, en su artículo 86, define las obras audiovisuales como “creaciones expresadas mediante una serie de imágenes asociadas, con o sin sonorización incorporada, que estén destinadas esencialmente a ser mostradas a través de aparatos de proyección o por cualquier otro medio de comunicación pública de la imagen y del sonido, con independencia de la naturaleza de los soportes materiales de dichas obras”.
Las obras cinematográficas se incluyen dentro de las obras audiovisuales.