Rusia reestructura su sistema de gestión colectiva
Miguel Ángel Aguayo Martínez.
La preocupación mostrada por los titulares de derechos sobre la supuesta falta de transparencia del sistema de gestión colectiva ruso, que el pasado año 2015, fue también objeto de interés por el Gobierno ruso, unida a la detención el pasado junio de 2016 del director de la Sociedad de Autores Rusos (RAO) por supuestas malversaciones de fondos recaudados por RAO, finalmente ha supuesto la adopción de una serie de enmiendas y rectificaciones al sistema de gestión colectiva ruso.
A pesar de que otras entidades como la Organización Rusa de la Propiedad Intelectual (VOIS), no se encuentre bajo las mismas acusaciones que RAO, la investigación criminal desencadenó una reforma de todo el sistema de gestión colectiva del país. Las opciones que se contemplaron para proceder a la reforma fueron muy variadas, y algunas de ellas apostaban por cambios drásticos como la sustitución de las diferentes entidades de gestión rusas existentes por una agencia estatal única, u otra consistente en que los titulares de derechos tuvieran que firmar acuerdos directos con las entidades de gestión, lo que supondría un gran reto logístico.
Ante estas dificultades, la solución que va a emplearse consiste en mantener el sistema establecido con una serie de enmiendas al Código Civil ruso. Estas enmiendas fueron adoptadas por la Duma estatal a finales de mayo de 2017, y el principal cambio que introducen es que, desde ahora cualquier organización inmersa en la recaudación de tarifas por derechos de autor, deberá publicar auditada su contabilidad en sus sitios webs oficiales. Asimismo, deberán proporcionar acceso on-line a cada titular de derechos sobre el montante recaudado a su favor, y además estarán sometidas a un estricto control público por consejos de supervisión obligatorios.
No obstante, aún persiste la cuestión polémica de las cantidades recaudadas y sin reclamar por los titulares de derechos. Al respecto, la ley rusa no hacía estipulaciones para estos casos, lo que supuso la acumulación de grandes cantidades unidas a las sospechas de que podían haber sido malversadas. Sin embargo, con las nuevas enmiendas va a procederse a su redistribución entre los diferentes titulares de derechos, con la problemática de que las enmiendas no proveen de una guía o procedimiento específico para el reparto, por lo que se realizará mediante acuerdos y decisiones de las entidades. Por tanto, aún existe riesgo de que surjan discrepancias entre los titulares de derechos.
En conclusión, las entidades de gestión rusas se han manifestado conformes a la solución adoptada y comprometidas con el cambio pretendido, aunque aún ha de apreciarse el impacto real de las enmiendas, así como el rigor de las entidades en su cumplimiento. Por ello, y a pesar de que a priori el Gobierno ruso ha decidido no implicarse, podría hacerlo en caso de que persistieran las quejas por parte de los titulares de derechos.
Fuente: BillBoard, Music & Copyright